Como en el comienzo de Sunset Boulevard de Billy Wilder (Aquí horriblemente llamada El crepúsculo de los dioses) el cuerpo de un cadáver flota en una piscina. Es mi verano que ha muerto, una muerte natural por vejez, porque ya no se podía alargar más. De haber sido así, alguien lo habría asesinado antes. No faltarían sospechosos para el crimen
Mi verano ha tenido una buena vida, con el tiempo ha ganado en intensidad de actividades después de una tímido comienzo. He hecho todas las visitas que quería hacer y he aprovechado todas las excursiones y viajes que se me han presentado. Ha habido un poco de cine, mucha lectura y menos deporte del que necesito. También ha habido tiempo para reflexionar y desarrollar ideas para el próximo curso (Mido el tiempo en cursos y no en años por deformación profesional). Un estupendo verano que me ha dejado hoy 31 de Agosto y que despido muy satisfecho. Descanse en paz.
Me consta que muchos pensarán que ya iba siendo hora y no les falta razón: siento que necesito algo de rutina diaria. Sé que no ir a trabajar desde el 1 de Julio provoca reacciones de ira y envidia por parte de algunos sectores de mi entorno. Os digo lo de siempre, es el camino que yo elegí y nadie me regaló nada... Haberlo elegido vosotros también.
El caso es que después de estos dos meses estoy lógicamente con las pilas más que recargadas y con los ánimos por las nubes. Cada año empiezo el nuevo curso con ilusión y entusiasmo y esta vez no es para menos: tengo la impresión de que voy a poder hacer cosas muy interesantes en mi nuevo centro, a juzgar por lo poco que vi en mi primera visita. Ya veremos como son los alumnos...