lunes, 12 de abril de 2010

LONDRES CON MARTÍ


Foto hecha desde la cápsula del London Eye cuando acababa de arrancar

 "¿Cómo nos vamos a entender allí?" Eso fue lo primero que dijo mi sobrino Martí cuando abrió el sobre que le trajeron los Reyes donde ponía "Vale por un viaje a Londres con Tío Luis y Tío Santi"
El pobre ha tenido que esperar más de tres meses para comprobarlo y hacer realidad su regalo de Reyes. El viaje no ha podido cundir más. Teniendo en cuenta que al viajar con un niño de nueve años ya descartas algunos museos, hemos visitado muchas más cosas de las previstas. El inesperado tiempo soleado que nos ha acompañado ha tenido mucho que ver en que todo haya salido tan bien. De nada han servido toda la ropa de abrigo y los paraguas que llevábamos.
 Es cierto que el viaje de ida nocturno no fue muy agradable. No es recomendable hacer viajar de noche a un niño que suele estar durmiendo a las diez, sobretodo si al aterrizar te espera un viaje de una hora en taxi y en el hotel se equivocan con la habitación. Una vez acomodados y con Martí por fin descansando, me quité de encima los nervios añadidos por ser responsable (junto con mi hermano Santi) del hijo de mi hermano mayor.
Al despertar en el que oficialmente era el primer día de viaje, empezó nuestra intensa ruta de visitas con el siguiente orden:
-Covent Garden
-Leicester Square
-Picadilly Circus
-Carnaby Street y Soho
-Trafalgar Square (incluyendo que hay que trepar a los leones de la columna de Nelson)
-Big Ben/ Parlamento
-Palacio de Buckingham
-Comida
-Harrods (sobretodo sección juguetes y alimentación, son tan horteras que es digno de ver)
-Kensington Park y Hyde Park (con la estatua de Peter Pan )
-Descanso
-British Museum (zona de Egipto principalmete por las momias y algo de Grecia y Roma)
-Cena.
 El segundo día fue menos variado, ya que estuvimos toda la mañana en el impresionante Natural History Museum, donde además del contenido del museo, muy apto para niños, solamente el edificio en sí vale la pena. Después de comer allí, fuimos a la gigantesca noria London Eye donde habíamos resevado entradas. El London Eye está en la orilla del Thamesis frente al Parlamento, y en sus cápsulas acristaladas caben unas 15 personas. Las vistas son espectculares y compensan los 50 minutos de cola. Nada más bajarnos, cogimos uno de los cruceros por el río hasta llegar a la Torre de Londres y el famoso puente de la misma. Por el trayecto vimos la parte más moderna de la ciudad.
Hello?
 El último día y cumpliendo uno de los deseos de Martí hicimos rutas en autobuses de dos pisos para así repasar todo lo visto y algunas visitas fugaces como la de la catedral de Saint Paul o la zona de juegos del Trocadero en Picadilly Circus.
Es curioso como al viajar con un niño te sorprendes de cosas que le llaman la atención y que para ti no tienen la más mínima importancia, por ejemplo: si una estación de metro es tan profunda que un cartel te indica que has de bajar 175 escalones para acceder a ella ¿Para qué vas a coger el ascensor? Por supuesto hay que bajarla y contar los escalones para comprobar que efectivamente son 175. Por otra parte ¿Para qué fotografiar a sus tíos con un edificio o monumento al fondo? ¡Si salimos nosotros tapamos el edificio! y sin comentarios sobre su extravagante criterio sobre lo que es digno de fotografiar. Me parto.
Más comprensible era que le maravillaran los larguísimos pasajes subterráneos entre las estaciones cuando cambias de línea o las ganas de subir al segundo piso del autobús. En fin, que nos hemos quedado satisfechos de lo bien que se lo ha pasado y que como dice mi padre es algo que lo va a tener siempre en el recuerdo. Ahora bien, en su redacción de vacaciones ha contado todo el viaje al detalle sin mencionar en ningún momento quién iba con él. Menos mal que le conozco bien y sé que en el fondo nos lo agradece un montón.

2 comentarios:

  1. Hoy he abierto tu blog sabiendo de antemano que habría novedades... Por fín llegó ese tan preparado y esperado viaje a Londres. ¡Ya nos contarás las anécdotas en persona! (¡Me gusta la típica foto en la cabina roja! No podía faltar.)

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