Hace ya un tiempo, Torrevieja nos unió y aunque la Conselleria nos ha repartido por diferentes puntos de la Comunidad, de tanto en tanto nos seguimos reuniendo. Esta vez, el punto de encuentro ha sido Calpe, donde nuestra amiga Ana disfruta de una vacante durante este curso. Ha sido un fin de semana de desconexión y de muchas risas. No ha faltado, como es lógico, la puesta en común de las experiencias que cada uno tiene en sus centros, ni tampoco aprovechar la ocasión de subir el peñón hasta que el cartílago de uno y el hambre de otros, dio por terminada la expedición.
Me vino bien ponerme un poco al día y repasar términos botánicos y geológicos con la ayuda de Ana, que de tanto dar 1º de la ESO se me están oxidando todos los datos aprendidos a fuerza de oposiciones. Nos sorprendió el buen estado del casco viejo con sus entrañables restaurantes (Parece que la pizza se ha impuesto como comida típica calpina) aunque el lugar que elegimos para cenar fue un poco agobiante. También dimos una vuelta por el paseo bajo el sofocante calor de finales de Noviembre, aunque cueste creerlo. Para el recuerdo, el pub con música personalizada y a la carta y la surrealista aventura en las urbanizaciones de millonarios caníbales (Sólo el que lo ha vivido podrá entenderlo) cuando fuimos a visitar los setenteros edificos de Bofill (El arquitecto).
Unos divertidísimos días con Jose, Rosa, Pili y Ana que, aunque ésta última no se lo crea, ha sido una gran anfitriona y organizadora del evento, pues gracias a su improvisación, hemos tenido las situaciones más hilarantes del fin de semana. Gracias chicos.
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