"Celda 211" de Daniel Monzón

Cuando comienzan los títulos de crédito de una película española, se suceden ante nuestros ojos una retahíla de entidades públicas y privadas que han financiado el proyecto que te dispones a ver. Uno se da cuenta de lo difícil que debe ser levantar una película con dignidad en este país si no eres un director conocido que garantice la recaudación de, al menos, parte de la inversión. Daniel Monzón no es un primerizo, cuenta con tres películas a sus espaldas, pero ninguna especialmente relevante en nuestro cine. En esta ocasión, podemos decir que sí ha dado en el clavo y eso que se arriesga con un género pocas veces tratado por el cine español. Desde sus primeras imágenes, "Celda 211" nos deja bien claras sus intenciones: un thriller intenso que te atrapa desde su arranque y ni su ritmo ni su fuerza decaen en ningún momento. Más que una película sobre un motín , "Celda 211" nos muestra la frágil barrera que hay entre el orden y el caos, la manera en que la coincidencia de unos cuantos factores puede dar totalmente la vuelta a nuestros esquemas y no saber distinguir entre lo que queda dentro y fuera de los barrotes de una prisión. Además de ser una película magníficamente realizada, con un inteligente uso del montaje y un guión que va ofreciendo las dosis justas de información en cada instante, "Celda 211" tiene su mejor baza en un trabajo actoral de una credibilidad asombrosa. Cada uno de los intérpretes borda sus personajes sin caer demasiado en los tópicos carcelarios y eso aporta una veracidad brutal a la película. Lo de Luis Tosar es sencillamente impresionante, toda una transformación, hasta en el registro de su voz. Mención aparte merece el debutante Alberto Ammann, quien da la réplica a Tosar muy dignamente. En definitiva una película poderosa, absorbente hasta el punto que, cuando finalmente te suelta, te deja con la sensación de haber visto algo importante, que dará que hablar. Supongo que después de esto, su director no necesitará de dos cadenas de televisión, tres productoras nacionales, una productora francesa, una consejería y un ministerio ,entre otras, para financiar su próxima película.