Si el otro día comentaba el que para mí era el grito más impactante del séptimo arte, hoy le toca el turno a la risa más cruel y despiadada. Esa no puede ser otra que la de la terrorífica Bette Davis en "¿Qué fue de Baby Jane" (Robert Aldrich, 1962).
Jane y Blanche son dos hermanas de edad avanzada que viven juntas. En su infancia fueron estrellas del espectáculo, pero al crecer sus vidas fueron muy diferentes: Blanche triunfó en su carrera como actriz mientras que Jane sólo era recordada como una niña prodigio de tiempos pasados.
Blanche vive ahora postrada en una silla de ruedas debido a un accidente en misteriosas circunstancias. Jane, por su parte, intenta reflejar en sus vestidos y maquillaje su breve y lejana época dorada y canaliza todo su fracaso en un único empeño: atormentar a su inválida hermana.
Bette Davis borda como nadie el papel de la maléfica Jane, mientras que Joan Crawford se encarga de la pobre y desesperada Blanche. Curiosamente, en la vida real, Joan Crawford parece que era todo lo contrario a su cándido personaje, pues como contó su hija en unas memorias llevadas al cine en los ochenta ("Queridísima mamá" Frank Perry, 1981) fue una auténtica víbora. Paradojas del cine.
Disfrutad de la carcajada genial de Bette Davis:
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