En esta foto podéis observar a mi madre sostenida por sus cuatro hijos sanos y fuertes. Sin duda la causa de esta lozanía se debe a la nutritiva dieta que durante todos estos años nos ha ofrecido nuestra progenitora. Una de las muchas especialidades de su amplia gama de delicias gastronómicas son sus croquetas de pollo.
Allá por el 2005, cuando vivía y trabajaba en Santa Pola con mi amigo Juanjo, advertí por vez primera que las habituales croquetas de mi madre provocaban en el resto de gente un estado placentero que era capaz de abstraerte del entorno e incluso de levitar. La fama de las croquetas se extendió rápidamente entre mi grupo de amigos de L'Eliana y me vi obligado a pedir a mi madre en más de una ocasión que se pusiera manos a la obra para saciar la adicción de más de uno.
El año pasado en San Antonio de Benagéber, mi compañera Rosa me dijo que, según su marido, sus croquetas superaban a las de su suegra. ¿Un hijo que prefería las croquetas de su mujer a las de su madre? Tal revelación en boca de un hijo es como para echarse a temblar, pero yo tenía la confianza otorgada por el apoyo incondicional de los fans de las croquetas de la Pilar. Así que, sin vacilar, reté a Rosa a probar las croquetas de mi madre. Luego apareció Santi, otro compañero de probado talento entre fogones, que se unió a la competición asegurando que como sus croquetas no había ninguna. Ahora sí que no había vuelta atrás , el resto de compañeros se ofreció como jurado (lo que no les supuso ningún esfuerzo) y así surgió el 1er CONCURSO INTERNACIONAL DE CROQUETAS... lo de "internacional" era para darle más presencia. La notoriedad que fue adquiriendo el evento hizo que, a última hora, se sumara una participante más: las croquetas de la madre de Dani, un compañero que cedió su puesto de jurado y pasó a ser concursante.
Esta es la imagen más parecida que he encontrado en Google, no me dio tiempo a hacer una foto a las auténticas ya que enseguida quedó limpio el plato
La cita fue el pasado sábado en mi casa y sí, lo reconozco, usé todas las armas posibles para convencer al jurado, incluyendo rastreros chantajes emocionales. Pero no hizo falta, la cremosidad y el potente sabor de las croquetas de la Pilar alcanzaron tal nivel de divinidad que el jurado sucumbió tras una breve deliberación.
Mi entorno me obliga a mencionar la calidad de las croquetas de Santi, tanto por su sabor como por su elaborada presentación, así como la dura competencia que supuso el resto de participantes. Además, quizás lo mas importante es que todo fue un original pretexto para seguir viéndonos y pasar una noche muy divertida. Inolvidable el improvisado trofeo aportado por Sunsi que en breve pasará a manos de la flamante ganadora. Como observaréis es un trofeo de pilota valenciana ligeramente modificado, pero bueno, tampoco nos vamos a poner exigentes.
Un fuerte abrazo a todos los asistentes: Rosa, Pedro, Santi, Dani, Sunsi, Vicent, Sonia, Javi y Marta
Nos vemos en la próxima cita el mes que viene.
Eso es porque no has probado las mías...
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