El Duomo visto desde el Belvedere
Clarice: ¿Son suyos esos dibujos Dr. Lecter?
Dr. Lecter: Ah. Ese es el Duomo visto desde el Belvedere. ¿Conoce Florencia?
Clarice: ¿Tantos detalles sólo de memoria?
Dr. Lecter: La memoria, Agente Starling, es lo que tengo en vez de una buena vista.
Estos días en Florencia he recordado este diálogo de "El silencio de los corderos" entre el refinado psicópata Hannibal Lecter (Anthony Hopkins) y la novata Clarice Starling (Jodie Foster). Contaba con 14 años cuando vi por vez primera esta película y me dejó fascinado. Quizás porque siempre me había gustado el cine de terror y sólo muy de vez en cuando una película de este género era considerada como cine de calidad. Aunque nunca le perdoné que no explicaran cómo Lecter se hace con el bolígrafo con el que se libera (sí lo hacen en la novela) me declaré fan absoluto de la película. Me sabía sus diálogos de memoria y los recitaba en plan guasa ante mis sufridos amigos Dani y Edu, mucho antes de que el término "friki" estuviera en boca de todos.
La fortaleza del Belvedere
Paseando por los jardines de Bóboli en Florencia, me topé con la fortaleza del Belvedere, desde donde el Dr. Lecter contemplaba la bella vista florentina del Duomo y el Palacio Vechio. Con esa imagen retenida al detalle en su brillante memoria, realizó esos dibujos que deslumbraron a la joven Clarice Starling. Poniendo a prueba la paciencia de mi compañera de viaje, intenté acceder al Belvedere para fotografiar la vista desde esa zona, pero lamentablemente lo encontré cerrado. Si hubiera sido Lecter, me hubiera comido el hígado del vigilante de seguridad "acompañado de habas y un buen Chianti" y habría disfrutado de la misma vista.
Cerca de ese lugar y siguiendo por la orilla del Arno, se sube hasta la Iglesia de San Migniato. Antes de llegar a la misma, hay un mirador desde donde se disfruta de espectaculares atardeceres panorámicos de la ciudad de Florencia. De ahí sacamos un montón de fotos que harían las delicias de Hannibal.
Una habitación "sin" vistas
Imagen de "Una habitación con vistas"
Visitando esta impresionante ciudad, también recordamos una película que en su primera media hora transcurre en Florencia. Se trata de "Una habitación con vistas" de James Ivory: tanto mi amiga María como yo, recordábamos una escena que ocurría en una plaza donde la joven Lucy presenciaba un apuñalamiento y era atendida al desvanecerse por el joven del que se enamora. Volvimos convencidos de que la escena transcuría en la bonita Plaza de la Anunciación, pero aunque esta plaza sale en otra escena, el momento en cuestión ocurre en la famosa Plaza de la Signoria. Sin duda, ha sido un viaje de película.
Aunque nuestro magnífico y céntrico apartamento en Florencia no tenía vistas a ningún sitio en concreto, creo que hemos podido disfrutar de todos los rincones interesantes de la ciudad y hemos vivido un intensivo y acelerado curso de arte renacentista. Ya lo dijo el mismísimo Hans Christian Andersen al visitar la ciudad y definirla como "Un intero libro illustrato", el centro de Florencia es un lugar donde no avanzas un metro sin ver algún detalle que llame tu atención.
El síndrome de Florencia
Tal estallido de belleza a cada paso que dábamos nos ha hecho bromear más de una vez con el llamado Síndrome Stendhal, también conocido como síndrome de Florencia. Este trastorno, aunque parezca broma, es apoyado por muchos especialistas y cursa con vértigos, taquicardia o desvanecimientos. Estos síntomas se producen cuando un individuo está sometido a una intensa exposición de obras de arte. El nombre se debe al autor francés del SXIX quien experimentó dicho fenómeno de saturación de belleza en su visita a Florencia.
Aunque sí que reconocemos que nos conmovimos ante muchos detalles de la ciudad (El David, Duomo, las vistas desde los puentes, la Plaza de la Signoria... imposible quedarse con sólo un ejemplo) no llegamos a perder el conocimiento... ni siquiera con los helados de "nutellata".
Una de las innumerables fotos que hicimos desde el mirador
1)En Florencia hay demasiados coches, 2)Cómo nos aburríamos de adolescentes, 3)Todo da igual porque tu viaje a Florencia creo que ocurrió dentro del código fuente, y no tiene repercusión alguna en la realidad.
ResponderEliminarYo voy a conocer Florencia este verano. A ver si me va a dar también un yuyu...
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