Esta es, básicamente, la desafortunada historia de un "pringao": un hombre que sin dejar de repetir incesantemente que "él no ha hecho nada malo", busca desesperadamente la causa de su creciente mala suerte. A lo largo del metraje, observamos como la vida de este judío norteamericano se va desmoronando cada vez más, pero no penséis que es una película angustiosa o deprimente, los Coen ponen sus notas de ingenio, humor y bastante mala uva.
El desdichado protagonista busca respuesta en un rabino tras otro mientras su aparentemente establecida vida de clase media se tambalea. Todo menos sacar carácter y enfrentarse a aquellos que le torean y humillan.
Los Coen aprovechan esta ocasión para dar un pequeño mazazo a las comunidades religiosas y al falaz sueño americano de tenerlo "todo" por cumplir la fórmula de Familia+Trabajo+Casa+Coche+T.V.= Felicidad completa.
La película es extraña, hasta para ser de los Coen, y se ve con cierto desconcierto. Tiene momentos originales relmente brillantes y todo el reparto está magnífico. Finalmente, se sale medianamente contento del cine, pero el poso que va dejando mejora mucho el resultado. Una vez digerida y reflexionada , uno se da cuenta de que es una gran película. Recomendable.
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