Supongo que ser hijo de Fernando Trueba y sobrino de David te abre muchas puertas, pero también te deja la sensación de que se espera que estés a la altura de tus predecesores. Jonás Trueba se ha esforzado en su debut para dejar bien claro cuál es su estilo, qué cineastas le han influido y qué libros le interesan. Esta insistencia la lleva hasta el punto de enfocar un ejemplar de cada libro que es citado por los personajes de su película.
El protagonista es un joven filólogo llamado Ramiro que intenta superar una ruptura sentimental. A lo largo de este intento de recuperación, el personaje divaga entre viejas amistades, amores que nunca cuajaron y contínuas reflexiones sobre el amor, la nostalgia, el sexo... De forma innecesaria, la información se remarca con una voz en off que nos explica lo que la película ya contaba perfectamente por sí misma. Otra de las cosas que Trueba deja patente es su defensa de la palabra escrita, la poesía y la literatura en general, así como su romántica reivindicación de las cartas de amor escritas de puño y letra.
La película tiene momentos muy buenos e inspirados, donde se intuye que Trueba promete como director y guionista. Los intérpretes están bien y el conjunto es pasable, entretenido, pero le falta despojarse de obligadas referencias y ser más natural, más fresco.
Así pues, una vez digieres todo lo que este debut quiere demostrar, te das cuenta que tanto homenaje y tanta declaración de intenciones llega a ser pretencioso. Inevitablemente, me acordé de otro reciente debut juvenil español, "Bon appétit", que precisamente destacaba por lo que le falta al joven Trueba: autenticidad.
Ahora mi amigo Paco pensará que me contradigo porque "Biutiful" era también innecesaramente pretenciosa, pero la de Iñárritu, además de ser otro tipo de película, tenía otros alicientes que hicieron que me gustara más.
En definitiva, ahora que Jonás Trueba nos ha dejado bien claro lo que le gusta y cómo le gusta, que se relaje y nos cuente una nueva historia sin tener que demostrar nada a nadie.
"Que se relaje y nos cuente una nueva historia sin tener que demostrar nada a nadie".
ResponderEliminarNo debe ser tarea fácil esto que pides.
Si eres "hijo de..." tienes una puerta abierta, pero el precio a pagar es caro.
El muchacho debe llevar una buena carga en la mochila y supongo que, a juzgar por las críticas que he leído, está aguantando una buena lluvia de hostias.
Vamos a darle un tiempecito, no?
Por cierto, el diseño del cartel me gusta mucho, oye.
ResponderEliminarA mí el cartel me recuerda al de Manhattan de Woody Allen... algo me dice que no voy desencaminado, después de ver la peli.
ResponderEliminarAbrazos