El arranque de esta película, incluyendo unos magníficos títulos de crédito, es uno de los mejores que he visto últimamente. Con semejante comienzo era difícil mantener el listón a lo largo de todo el metraje. Durante el desarrollo de su argumento me encontré con situaciones poco creíbles y forzadas para que todo encaje, excesivas coincidencias y algún detalle en el que se pasa por alto eso que llaman coherencia narrativa. Es cierto que no es un film donde estos aspectos importen mucho, pero uno es muy maniático para estas cosas y por eso me costó entrar en la película. Probablemente estos defectos forman parte intencionadamente del descomunal destarifo perpretado por Álex de la Iglesia. Una vez asumido esto, empiezas a participar del juego y a divertirte.
Carlos Areces es el gran descubrimiento de la película
Es innegable que es una película muy entretenida, un gran espectáculo de ritmo frenético y algo esquizofrénico. Pero donde quizás esta película gana muchos puntos es en la conexión con sus referencias históricas. "Balada triste de trompeta" es una hábil metáfora de las dos Españas que transcurre desde la Guerra Civil hasta la década de los 70. Estas dos Españas enfrentadas durante tantos años, están encarnadas en dos payasos de circo. El payaso triste y sediento de venganza (formidable Carlos Areces) representa al bando de los perdedores. El payaso gracioso, el que se lleva los favores del público pero autoritario y temido por sus compañeros, es la España franquista. Ambos se pasan la película peleándose y persiguiéndose por una frágil y confusa España, representada por una bella bailarina acróbata. Este tira y afloja histórico tiene momentos geniales como la secuencia de cacería con Franco o el atentado de Carrero Blanco, seguidos de otros menos acertados como la excesivamente alargada y tópica persecución final.
En Venecia, antes de ganar el merecido premio a la dirección y el más cuestionable premio al mejor guión
La película fue premiada en el pasado festival de Venecia con Quentin Tarantino como presidente del jurado. Es evidente que una película tan brutal y salvaje arrancara los aplausos del norteamericano, pero desconozco si supo entender el trasfondo histórico. En definitiva, una película con más virtudes que defectos, que tarda en digerirse tras el chorreo de acción trepidante pero que al mismo tiempo invita a reflexionar. Una vez más, se demuestra que de la Iglesia es un director con talento a raudales, aunque por los apaños de guión, se nota la ausencia de Jorge Guerricaechevarría, su habitual coguionista. Una lástima, porque el producto no termina de ser redondo.
En general, una peli no apta para madres
Qué ganas de verla!
ResponderEliminarbuah
ResponderEliminarcomo te dije en esta ocasión discrepo contigo total...
es una película sin ningún sentido que destarifa completamente, tiene algunos puntos fuertes que quedan diluidos en una historia de locos y locuras que acaba sin contar nada y con escenas muy desagradables que no aportan nada...
por otra parte, no hay dos Españas, y si las hay desde luego no están en el lado del pueblo, cogerse ese punto de vista me parece mal, muy mal por parte de Alex de la Iglesia...
a partir de que el payaso triste pierde la chaveta la película no tiene ningún interés y es más bien aburrida... estoy con las madres