Ana Wagener e Inma Cuesta, formidables en sus papeles.
La adaptación de la inolvidable novela de Dulce Chacón nos llega algo tarde, lo que nos cuenta puede sonar a déjà vu. Zambrano, muy fiel a la obra, transmite el horror y la injusticia de ese sórdido pasaje de nuestra historia, pero no puede zafarse de tópicos recurrentes y algún personaje caricaturesco. Pese a ello, el film aguanta dignamente y sus defectos son eclipsados por la sobresaliente labor de todos sus intérpretes. Destaca especialmente la maravillosa y premiada labor de María León, toda una revelación que contribuye un poco a que el film se aleje de etiquetas y lugares comunes.
María León sosteniendo su merecida "Concha de plata" en el festival de San Sebastián.
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