domingo, 14 de febrero de 2010

El origen del amor


Hoy es el día de los enamorados y, personalmente, yo no voy a entrar en el estúpido debate de si es cursi o no celebrarlo, si es un invento de los centros comerciales, si sólo lo critican los que no son correspondidos... me da exactamente igual, que la gente haga lo que le apetezca y lo que le dé soberanamente la gana.
Explicado esto, os contaré que tras ser expuesto durante toda la semana a tanto bombardeo de corazones desde los escaparates, la tele o mi propio lugar de trabajo, me ha venido a la memoria una canción donde se explica la verdadera historia del origen del amor. "Origin of love" es un tema del musical "Hedwig and the angry inch" cuya insólita sinopsis se resume en lo siguiente: las aventuras de un transexual venido de Berlín Este, que escapa de su país para triunfar como líder de un grupo de rock en América... Ahí es nada. Prestad atención a la letra de la canción, cuenta una leyenda muy curiosa.

Enhorabuena a todos los enamorados


1 comentario:

  1. HOLA!! me he permitido copiarte un trozo del banquete de Platón. Me alegro mucho de tu paso por el playa Flamenca. Espero que estés estupendamente, un besico desde Cartago ;) »En otro tiempo la naturaleza humana era muy diferente de lo que es hoy. Primero había tres clases de hombres: los dos sexos que hoy existen, y uno tercero compuesto de estos dos, el cual ha desaparecido conservándose sólo el nombre. Este animal formaba una especie particular, y se llamaba andrógino, porque reunía el sexo masculino y el femenino; pero ya no existe y su nombre está en descrédito. En segundo lugar, todos los hombres tenían formas redondas, la espalda y los costados colocados en círculo, cuatro brazos, cuatro piernas, dos fisonomías, unidas a un cuello circular y perfectamente semejantes, una sola cabeza, que reunía estos dos semblantes opuestos entre sí, dos orejas, dos órganos de la generación, y todo lo demás en esta misma proporción. Marchaban rectos como nosotros, y sin tener necesidad de volverse para tomar el camino que querían. Cuando deseaban caminar ligeros, se apoyaban sucesivamente sobre sus ocho miembros, y avanzaban con rapidez mediante un movimiento circular, como los que hacen la rueda con los pies al aire. La diferencia, que se encuentra entre estas tres especies de hombres, nace de la que hay entre sus principios. El sol produce el sexo masculino, la tierra el femenino, y la luna el compuesto de ambos, que participa de la tierra y del sol. De estos principios recibieron su forma y su manera de moverse, que es esférica. Los cuerpos eran robustos y vigorosos y de corazón animoso, y por esto concibieron la atrevida idea de escalar el cielo, y combatir con los dioses, como dice Homero de Efialtes y de Oto. Júpiter examinó con los dioses el partido que debía tomarse. El negocio no carecía de dificultad; los dioses no querían anonadar a los hombres, como en otro tiempo a los gigantes, fulminando contra ellos sus rayos, porque entonces desaparecerían el culto y los sacrificios que los hombres les ofrecían; pero, por otra parte, no podían sufrir semejante insolencia. En fin, después de largas reflexiones, Júpiter se expresó en estos términos: Creo haber encontrado un medio de conservar los hombres y hacerlos más circunspectos, y consiste en disminuir sus fuerzas. Los separaré en dos; así se harán débiles y tendremos otra ventaja, que será la de aumentar el número de los que nos sirvan; marcharán rectos sosteniéndose en dos piernas sólo, y si después de este castigo conservan su impía audacia y no quieren permanecer en reposo, los dividiré de nuevo, y se verán precisados a marchar sobre un solo pié, como los que bailan sobre odres en la fiesta de Caco.

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