sábado, 22 de mayo de 2010

ODISEA TRUNCADA



                                                       El comienzo de un feliz día, nada hacía presagiar mi fracaso   
                                                      
Llevábamos un par de semanas hablando de ello, incluso le habíamos puesto el nombre de "La gran odisea". Hacer la ruta Valencia-Entrepins (L'Eliana) en bici, siguiendo la senda del Turia, me hacía muchísima ilusión. Además, nos habíamos reunido bastantes amigos: 7 ciclistas y el pequeño Iván en la silla de su padre, pero algo ha ocurrido por lo que yo estoy aquí escribiendo esto mientras ellos estarán llegando a la meta. Estábamos más o menos a mitad camino, el río ya hacía tiempo que había cobrado protagonismo y el paisaje era cada vez más atractivo y menos urbanizado.

Uno de los puentes de la ruta, similar a donde ha ocurrido mi incidente

 Un inoportuno cambio de marcha mientras subía uno de los puentes ha partido mi cadena en dos. Durante los primeros segundos no daba crédito, la gran odisea había acabado para mí. Lógicamente en nuestro kit de aficionados nadie llevaba un repuesto semejante, así que ha dado comienzo a una nueva  y particular gran odisea:

Aunque parece que bromeo con el tema en esta foto, por dentro albergaba un cabreo monumental

 Ayudado por Juanjo y Óscar que me remolcaban a pulso cuando no había pendiente, nos hemos aventurado a salirnos de la ruta e intentar encontrar el apeadero más próximo, mientras el resto continuaba el camino. Menos mal que iba en compañía, porque si no hubiera tardado muchísimo más (Gracias de nuevo) Preguntando con mayor o menor éxito a la gente que nos íbamos encontrando, hemos llegado al apeadero de Santa Rita (Paterna) donde ya me he despedido de mis dos amigos.
 Tras veinte solitarios minutos esperando el metro , por fin he emprendido mi regreso a casa, no sin antes ser testigo de la tensísima discusión entre el revisor y un macarrilla que se las quería arreglar para no pagar billete. Ya en Valencia y arrastrando mi bici, me he detenido en un taller de bicicletas donde me han arreglado la cadena, pero ya era demasiado tarde y era impensable volver a empezar la ruta. Así que aquí estoy, cabreado y apenado por haberme perdido lo que seguro ha sido un día estupendo. Espero que hayan tenido una buena experiencia y que quieran repetirla lo más pronto posible.

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