lunes, 28 de marzo de 2011

LA PREGUNTA DE OTTO

ESCENAS MEMORABLES 10: LOS AMANTES DEL CÍRCULO POLAR  de Julio Médem

 Todos los niños son una fuente inagotable de preguntas. Es normal, puesto que no han hecho más que iniciar su andadura en este complejo mundo en el que vivimos. Pero la pregunta de Otto no parece que sea el típico e insistente "Por qué" del resto de niños. Otto tiene una pregunta sobre el amor que le atormenta, y como no sabe quién se la puede responder, la escribe en decenas de papeles con los que hace un montón de aviones . Otto lanzará esos aviones de papel desde la ventana del cuarto de baño de su cole. En poco tiempo, tanto el patio como la calle están repletos de aviones que guardan la pregunta de Otto. Sólo uno de éstos  llegará con impulso suficiente al colegio donde estudia Ana, la niña que provoca tantas inquietudes en el muchacho.
 A la hora de la salida, padres y niños empiezan a recoger los aviones y se encuentran con la pregunta en cuestión. A los demás compañeros les parece cursi y motivo de mofa, pero la pregunta provoca en los adultos unas sonrisas y miradas de complicidad. Otto advierte que Ana tiene uno de los papeles en su mano. Después de leerla y en vez de tirarla, hace una bola con el papel y lo guarda rápidamente en el bolsillo. La historia no ha hecho más que comenzar. 
 Los que no habéis visto la película os preguntaréis cuál es la cuestión que martillea la mente de Otto, pero lamento comunicaros que no se llega a saber en toda la película. El único dato que nos dan es que es algo muy romántico.
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 Muchos niños y niñas, bien por imitación de roles adultos o por sentimientos de especial afecto y admiración, afirman que están enamorados. De hecho, el enamoramiento infantil existe dentro de su aún inacabado desarrollo. Así pues, la historia de Ana y Otto (cuyos nombres son palíndromos con toda la intención de su autor) es una historia de amor que realmente comienza en plena infancia. A lo largo de este relato circular, sus vidas se irán cruzando en un original juego de casualidades que culminará en el Círculo Polar Ártico y suponemos que Otto habrá hallado finalmente repuesta a su duda de la infancia.
 Sin duda, es una de las mejores películas de Julio Médem, director cuyas últimas películas no me han convencido mucho, así que espero que remonte el vuelo de nuevo... y que no sea muy tarde.

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